EL ASESINO DE BRENDA ARIAS
Juan José Murúa: cuatro homicidios, un intento de abuso, una fuga y el nuevo debate en su contra
El hombre está condenado en dos causas a 38 años de cárcel y perpetua. Ahora piden 20 años por asesinar a otro interno dentro del Servicio Penitenciario.
Juan José Murúa no es un nombre más dentro del Servicio Penitenciario. Tampoco lo es en San Luis y Córdoba. A sus 39 años, tiene dos condenas por tres homicidios y una causa en curso por otro crimen. Pero también ha estado involucrado a delitos de abuso sexual, robo, amenazas, abuso de armas y privación ilegítima de la libertad.
En la cárcel no es un interno más, y no sólo porque mató a otro recluso, sino también porque tiene entre sus antecedentes una fuga y treparse a una columna de 25 metros para llegar a las autoridades del Poder Judicial.
Esta semana, su nombre volvió a resonar en Tribunales porque elevaron a juicio la última causa en su contra: el asesinato de Jonathan Emanuel Aguirre.
El 27 de noviembre de 2023, Murúa lo asestó tres puñaladas dentro del complejo Pampa de las Salinas, en La Botija. Todo ocurrió alrededor de las 21.
En la audiencia de control de acusación, que se realizó este miércoles, el fiscal de Instrucción N°3, Esteban Roche describió que Murúa y Aguirre se encontraban en el hall y fue cuando el primero arremetió contra el otro con una “chusa”, esto es, un cuchillo de elaboración casera de unos 15 centímetros de largo.
Aguirre sufrió lesiones en el abdomen, en el tórax y a nivel dorsal. Esto provocó una importante pérdida de sangre, lo que desencadenó en la muerte por un shock hipovolémico.
“Según lo que hemos recabado a lo largo de la investigación con diversas entrevistas, sobre todo otros internos que pudieron presenciar lo que fue la previa al hecho e incluso el hecho en sí, hubo una discusión entre ambos, corridas y después Murúa atacó con un cuchillo a la víctima”, detalló el fiscal en declaraciones a El Chorrillero.
Roche calificó el hecho como un homicidio simple en los términos del artículo 79 del Código Penal. No encontró atenuantes, pero sí agravantes como la extensión del daño causado debido a que la víctima tenía 28 años. Por eso pidió una pena de 20 años cuando sea sometido a juicio.
“El ataque ocurrió incluso frente a otros internos y tenemos como prueba directa de cargo una grabación del hecho”, precisó.
El femicidio de Brenda Arias
La joven de 19 años fue asesinada en julio de 2009 en Villa del Carmen. Había salido de su casa hacia un bar donde se reuniría con Murúa y su novia, Carolina Pereyra. Fue la última vez que la vieron con vida.
Semanas más tarde, su cuerpo fue encontrado calcinado a unos tres kilómetros de su vivienda. Había sido ultimada de un disparo.
En 2017, Murúa fue trasladado a Concarán desde la cárcel de Villa Dolores (Córdoba), donde estaba detenido por otro delito.
En noviembre de 2018, el Tribunal de la Cámara de Apelaciones de Concarán lo condenó a 38 años y dos meses de prisión por homicidio simple agravado por el uso de arma de fuego.
Marisol Reartes y Luz Oliva
Marisol Reartes de 18 años y su hija Luz Oliva de 2 fueron vistas por última vez el 2 de febrero de 2013 en Villa de las Rosas, Córdoba. Recién el 1 de noviembre de 2018 hallaron el cráneo de la joven, mientras que los restos de la menor nunca fueron encontrados.
Según la teoría de la fiscal Lucrecia Zambrana de Villa Dolores, el día de la desaparición Reartes había acordado reunirse con Murúa, con quien mantuvo una relación sentimental durante varios meses.
Una vez que se encontraron, el hombre las llevó hacia la zona del dique La Viña. Fue donde la atacó a golpes hasta matarla.
En abril de 2023 fue condenado en la Justicia de la provincia vecina a la pena de prisión perpetua por homicidio calificado por el vínculo y por mediar violencia de género contra Marisol y de homicidio simple contra la pequeña.
Abuso sexual
En 2017, cuando se ordenó el traslado a San Luis estaba alojado en el Establecimiento Penitenciario 8 de Villa Dolores acusado de intentar violar a una menor. Se trató de su propia sobrina y fue su hermana quien lo denunció.
La amenaza de suicidio
En junio de 2019, Murúa se subió a una columna de 25 metros para que revisen su condena por el femicidio de Brenda Arias. Estuvo allí durante 10 horas y amenazó con arrojarse al vacío si no obtenía una respuesta.
Durante una siesta, trepó por las escaleras de la torre de iluminación y permaneció a 25 metros de altura, hasta alrededor de las 2 de la madrugada. Desistió de la idea cuando le aseguraron que se reuniría con ministros del Superior Tribunal de Justicia.
La fuga
El 23 de diciembre de 2020, Murúa se escapó del Complejo Pampa de las Salinas a las 21:40.
Dos días más tarde, una vecina que vivía en cercanías a la cárcel alertó a las autoridades. Estaba escondido en una estancia.